Vuelve J.K. Rowling. Ese sería el titular para mí. Porque la
película lleva su sello totalmente. Cuento en SPOILER:
(NO SIGAS LEYENDO SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA)
Newt Scamander (Eddie Redmayne) viaja de Reino Unido a Estados
Unidos para llevar a una de sus criaturas a su hábitat natural. Pero es durante
una alocada escena en el banco, donde conoce al muggle Kowalski (Dan Fogler) y
la señorita Goldstein (Katherin Waterston) -Aquí Rowling nos regala a los fans
un magnífico detalle: Cuando Scamander se encuentra cara a cara con Goldstein,
lo primero que le dice es "tiene algo en la nariz". Sí, lo mismo que
le dice Hermione a Ron cuando se conocen-, y se le pierden algunas criaturas
por NY, así que tendrá que recuperarlas. Luego conocemos a la hermana de ella,
que tiene un regusto a una versión adulta de Luna Lovegood. Por otro lado, hay
menciones a Albus Dumbledore, que, al parecer, aprecia a Scamander y ha sido su
profesor; A Gellert Grindelwald, desde el principio vemos los titulares de los periódicos, parece que estamos en
su momento cumbre como mago oscuro; y a Lita Lestrange, de la que no se dice
mucho, sólo que iba a Hogwarts con Newt, pero su apellido ya nos lo dice todo.
Paralelamente, nos encontramos con el Congreso Mágico de los
Estados Unidos, el MAGICUSA (Magic Congress of the United States of America).
Que si en Reino Unido tienen un Primer Ministro y la Comunidad Mágica un
Ministro de Magia, los EEUU tienen su Presidente y su Presidente de Magia. En
este caso, Presidenta, y negra, Seraphina Picquery (Carmen Ejogo). Curioso, una
mujer en una etapa donde donde el poder lo tenían los hombres; una negra en
unos tiempos donde ni siquiera tenían los mismos derechos que los blancos; y
bruja, mientras que los no-majs (muggles) que conocían (o sospechaban) la
existencia de la Comunidad Mágica los repudiaba y se estaba continuamente al
borde de una guerra.
En el MAGICUSA también conocemos a Percival Graves (Colin Farrell), un personaje que desde el principio estamos viendo que es un mago
excepcional. Nos lo presentan como si fuera normal que hiciera esas cosas, pero
no, no lo es. Tiene un poder inmenso. Graves trata con Credence (Ezra Miller),
pues hay una especie de criatura que está causando destrozos por la ciudad. Le
pide que si sabe algo, pulse el colgante que le da, que, para más INRI, es el
colgante de las Reliquias de la Muerte (una pista que nos dejan caer). A
Credence le ha adoptado una mujer que le maltrata, la cuál conoce la existencia
de los magos porque Goldstein quiso defender una vez al chico. Y claro, sigue
la premisa de ‘odia todo lo que no entiendas’. Así empieza una campaña de
desprestigio en contra de los magos, a pesar de que la mayoría la ve como una
lunática más. Graves considera que Credence es un squib, pero más adelante
descubrimos que no lo es, es mago, y dueño de la criatura. Al parecer, al
reprimir la magia fuertemente, los niños (raras veces) generan un ente oscuro
que contiene todo su poder y destruye todo a su paso. Un 'obscurus'.
Tras una serie de aventuras el MAGICUSA acaba con Credence y su obscurus y Newt destapa la verdadera identidad de Graves: Gellert Grindelwald (Jonnhy Deep).
Tras una serie de aventuras el MAGICUSA acaba con Credence y su obscurus y Newt destapa la verdadera identidad de Graves: Gellert Grindelwald (Jonnhy Deep).
Respecto a los personajes, cabe destacar a Kowalski, que pone el
tono de humor a la película con pequeños detalles que hacen de él un personaje
encantador que, ni el resto de personajes ni el público, quieren que se le
borre la memoria por ser muggle. La interpretación por parte de Redmayne de
Scamander es maravillosa, nos crea un protagonista con una personalidad única e
inconfundible. Destaca también Ezra Miller, como Credence, que es uno de los
mejores actores de su generación (hay ganas de verle como Flash en la Liga de
la Justicia), en un papel muy, muy intenso. Pero la mayor máscara la lleva Colin Farrell que, durante todo el largometraje, interpreta a un personaje que ni
siquiera existe, no es más que una sombra del Grindelwald de Deep, que hace su
aparición estelar en el clímax del final.
Artísticamente, esta película es una maravilla, nada más empezar,
nos meten el logo de la Warner y el de este film, como si de una de Harry
Potter se tratase, música incluida. Durante el desarrollo, la música nos
acompaña de una manera sobrecogedora y da vida a todas esas criaturas, que
parecen sacadas de Pandora en Avatar.
¿Por qué digo entonces que esta historia lleva el sello de Rowling?
Porque se nota. Se nota porque no es una historia para simplemente impresionar
con enormes criaturas mágicas, no han hecho un Jurassic World, no. Aquí tenemos
las criaturas, pero tenemos también una ‘madrastra’ que pega con el cinturón a
su hijo, tenemos discriminación a los ‘bichos raros’, tenemos una apología del
animalismo con Scamander, tenemos una gran reivindicación con un Presidente de
la Comunidad Mágica que es, mujer y negra, en pleno 1926 con un marco histórico
de patriarcado segregación racial, y, por último, tenemos una historia de amor donde los
protagonistas no se besan en la primera aventura. En definitiva, la historia de
los animalitos no podía dar para 5 películas, esta ha sido algo introductorio,
a partir de ahora empieza lo bueno con un villano como Grindelwald y la
aparición de Dumbledore. Y la despedida entre Newt y Goldstein, nos vuelve a
recordar a Harry Potter: Termina la historia, nos despedimos y cuando empiece
la siguiente, nos volveremos a encontrar.
Y ahí estaremos los fans también.