No suelo hacer este tipo de cosas, pero mucha gente me lo ha
pedido, ya que conseguí perder unos quince kilos.
1)
Coge la freidora y tírala a la basura. No te
traerá nada bueno.
2)
Las especias son tus nuevas amigas. Tendrás que
acostumbrarte a ellas cuando tengas que comer verduras insípidas. También
puedes hacerlas puré y jugar con los colorantes para evitar ese temido apariencia
verdosa que a tantos os echa para atrás a muchos de las verduras.
3)
¿Es entre horas y te apetece comer algo? Antes
de coger la bolsa de patatas, piensa si serías capaz realmente de comerte una
manzana en ese instante. Si no te la comerías, es que no tienes hambre, pero las patatas están
ejerciendo su fuerte poder de atracción, NO LAS COMAS.
4)
Bienvenido al mundo de la plancha. Descubrirás
un montón de comidas apetecibles que se pueden hacer sin una gota de aceite.
5)
Los desayunos son la debilidad de muchos. Evita
la bollería todo lo que puedas. Si alguien en tu casa la consume, guarda tus
cosas del desayuno en otra zona donde no tengas que verla, para evitar
tentaciones. Prueba la leche de soja, cereales y galletas integrales, zumos…
Hay muchas cosas interesantes.
6) Recibe con los brazos abiertos al pan tostado integral en tus comidas si necesitas comer pan. Si quieres, puedes dejar el pan normal para los fines de semana y deberías mandar a la puta calle al pan de molde. Si te consuela, piensa que el pan normal hay que comprarlo a diario, ese esfuerzo que te ahorras.
7)
¿No te gusta comer fruta? Te diré un truco para
que la comas. Ha llegado el ‘antepostre’. Normalmente te dejas la fruta para el
final, cuando casi ya no tienes hambre y menos para una fruta. Pues adelanta el
postre a la comida. Sí, suena raro, pero si cuando más hambre tienes, te comes
primero dos piezas de fruta, se hace mucho más fácil si estas no te hacen especial
ilusión y además te llena para que no te atiborres con la comida de después.
8)
Si no eres amigo de los gimnasios, en YouTube hay
muchos vídeos de ejercicios, como el de ‘abdominales en ocho minutos’. Hazlo
cada mañana, te dará menos pereza hacerlo que si tienes que vestirte e ir hasta
un gimnasio.
9)
Para dejar de comer basura vas a necesitar una
fuerza de voluntad similar a la que necesitas para dejar el tabaco, o incluso
mayor, pues tus amigos si ven que quieres dejar el tabaco lo respetarán, pero
si quieren ir al burguer, seguro que se ríen de tu ensalada. No pasa nada,
aguanta. Busca lo positivo de la ensalada. Disfruta de los taquitos de pollo
como si fueran los últimos de tu vida.
10)
Tómatelo con ilusión. No mires con cara de asco
a las verduras o la fruta, ni pienses que tu calidad de vida empeora por comer dieta.
Cosas peores se han comido algunos. La energía positiva es fundamental para
aguantar hasta el final. Sobre todo si no te gusta hacer ejercicio, ya que por
tu peso se hace mil veces más duro que a una persona delgada, la dieta va a ser
tu pilar fundamental. Respétala, ella puede hacer mucho por ti y facilitarte el
ejercicio en un plazo determinado.
¡MUCHO ÁNIMO!