LA ADOLESCENCIA DE JESÚS: CAP 9

Ha habido presiones desde el Vaticano para que esta información no salga a la luz. Advertimos que el siguiente contenido puede herir sensibilidades. Tómate un valium, no te levantes del asiento ni saques los brazos por la ventanilla. Disfruta de la atracción.

CAPÍTULO 9

Jesús tenía un debate interior muy importante. No sabía si dedicar la tarde a hacerse a su amiga María Magdalena Dulcesol por el Messenger o ponerse a jugar a Habbo. Finalmente se puso al Messenger y estuvieron un rato intercambiando emoticonos y guiños que no le hacían gracia ni a ellos mismos. Después, decidieron salir a la calle a comer chuches duras de los chinos y pipas grefusa en un banco.

―¿Te has enterado de lo de Santi? ―Comentó Magda comiendo una dentadura de leproso de gominola.

―¿Qué Santi?

―Santiago de Compostura.

―Ah, el empollón de la clase. Sí, ya sé quién es. Le llaman Flanders, no sé por qué… ¿Qué pasa con él?

―Vas a alucinar… ¡Se ha hecho rapero! ―Anunció ella.

―¿Qué?

―¡Yo también me quedé así! ¡Es muy fuerte!

―No, digo qué, porque no sé qué es rapero

―Ah, ¿te acuerdas de mi primo Aureliano, el juglar? ¿El que murió porque le lanzaron una lubina a la cabeza para que se callara? Ese. Que hacía canciones para contar cosas con una melodía pegadiza. Pues el rapero igual, pero sin melodía pegadiza. Pone una melodía de base, pero muchas veces se la pasa por la chorra.

―Interesante… ¡Mira! ¿Ese que viene por ahí no es Santiago de Compostura?

Él se acercó a ellos dos, vestido con una ropa de cuatro tallas más grande (su madre lo obligaba a comprarla de esa talla para que le durara más) y con una gorra de NC (Nazaret City).


―¿Qué pasa chavales? Soy rapero. Pero no de los guays, de los otros. Soy Santipbull. ¡Un, dos, tre, cuatro, one, two, three, four, dale! Si es verdad que tu ere guapa, yo te voy a pone bozal. Tú tiene la boca grande, ¡dale! ponte a rezar…