CAPITULO 18
Nuestros tres protagonistas, Leia
Granger, Mario Bolsón y Aldo Totter, se encontraban en los calabozos alemanes
frente al conocido Inspector Gadget (conocido por su torpeza e inutilidad)…
― ¡Y dale! ¡Que soy un Inspector
decente! ―Gritó Gadget.
― ¿Con quién hablas? ―Le preguntó
Leia.
―Con el narrador…
― ¿Veis lo que dije? ―Dijo Aldo,
dirigiéndose a sus amigos ― ¡Está loco de atarle!
―Mira niño, te voy a demostrar
mis dotes… Me sé un truco infalible para salir de un sitio…
― ¿Y cuál es? ―Preguntó Mario,
dubitativo, mientras se olía una rata muerta que había en aquel lugar.
―Ni Houdini chaval, ni Houdini
sabría este truco tan, repito, tan, increíble…
―Pues hágalo cuanto antes…
―Calma, masas… Sé que me queréis
ver en acción… ―Dijo Gadget, mientras les guiñaba un ojo ― ¿Estáis preparados?
―Sí… ―Contestaron los tres al
unísono con menos entusiasmo que Leonard Cohen cantando su ‘Hallelujah’.
―Pues… ¡Adelanto Gadgeto-llave!
―Salió una llave de su dedo.
― ¿Y ya está? ¿Ese es tu
increíble truco? ―Opinó Aldo, escéptico ―Supongo que abrirá la puerta, porque
como no lo haga no tienes campo para correr…
― ¡Adelante Gadgeto-hostia! ―Y zas. Una rica hostia fue a parar a la
cara de Aldo ―Menos humos, chimenea… Veamos… ―Dijo, acercándose a la puerta del
calabozo… Clic. ―Y ya está abierta,
¿veis? Ains…
―Señor Gadget, creo que hablo en
nombre de los tres cuando le pido perdón por nuestra actitud… ―Dijo Leia
cortésmente.
― ¡Adelante gadgeto-beso! ―Y pum. Un elegante puño con el dibujo de
un beso en él, fue a parar a la cara de Leia ―Oh, lo siento, calculé mal la
potencia…
Un joven soldado alemán (el único
que quedaba, el resto estaban luchando) se cruzó en su camino por aquellos
pasadizos, impidiéndoles la salida.
―No pasaréis ―Sentenció con
firmeza.
Después de quemar al triste
soldado, nuestros protagonistas pusieron rumbo a Italia, para acabar con el
Emperador Palpatine Benedictini XVI.