CAPITULO 16
Nuestros protagonistas ya han
estado en EEUU, RU, Italia, España… Ya que se han jugado la vida en todos los
focos de la guerra, dijeron: Pues coño, vamos también a Alemania, ya que
estamos.
Y así fue.
Desconocemos los métodos, según los
cuales, Aldo, Leia y Mario entraron en Alemania. Le dejaremos a Sálvame esa
tarea. Al minuto de entrar, fueron apresados… (Si es que de donde no hay, no se
puede sacar…).
―Mi señora Aguirre, estos son
nuestros intrusos ―Señaló el soldado. Los tres fueron empujados hacia delante.
―Pues matadlos, y acabemos con
esto―Sentenció Aguirre.
― ¡No! ―Gritó Leia ― ¡Eso sería
demasiado fácil para usted! ¡Acabaría con la serie antes de tiempo…!
―Es verdad… ―Resopló dubitativa ―
¿Dónde está el anillo de poder? ¡Vosotros lo sabéis!
― ¡No te lo diremos! ―Exclamó
Aldo.
―Cómo te atreves, necio… ¡Crucio!
―Nada ― ¡¿QUÉ?!
―Mi señora… ―Se acercó un siervo
―Eso no es su varita, es un consolador.
―Mierda…
―¡¡SÍ!! ―Gritó Aldo lleno de
júbilo. Aguirre le miró extrañada. ― ¿No lo entiendes? ¡Tú eres la última
virtud! Con sólo pronunciar tu nombre de pila, te debilitaremos… ¡Venga Leia,
díselo!
―Sí, eso, Mario, díselo ―Dijo
Leia, escurriendo el bulto.
―¡¡ATAULFA!! ―Silencio ― ¿No
cuela, no?
―Ya tengo mi verdadera varita
aquí… ¡Esta vez ni Copérnico os salvará! ―Les apuntó ― ¡AVADA…!
― ¡Esperanza! ―Exclamó el hombre
que acababa de entrar en la sala ― ¡Tengo que contarte una cosa!
―Tú eres gilipollas… ―Le espetó
la Emperatriz. Los tres niños gritaron al unísono el nombre de Esperanza Aguirre,
y ésta ya no podía hacerles daño.
―Venía a avisarle… Es Merkel
¡Está viva! ¡Y en EEUU! ¡SABE DÓNDE ESTÁ! ¡VA A POR EL ANILLO! ―Gritó el
Emperador Palpatine Benedictini XVI, justo antes de que, por orden de Esperanza,
un soldado le diera un golpe en la cabeza para que se callara, y cayó al suelo
cual mochuelo.